El Dojo nunca olvidado

Mi primer recuerdo de mi dojo en cuba que en estos momentos viene a mi mente es de un modesto local en la barriada del Monaco, zona popular conocida por los habaneros y por muchos practicantes de artes marciales de la Isla. Hogar del famoso Judo Monaco Club y del recordado Candado Park o los Caballitos del Monaco  nombre que le dabamos amorosamente todos en la zona.

Mi incursion en el Do (camino) fue de pequeno en ese mismo dojo de judo antes mencionado, recuerdo  a mi padre llevarme en contra de mi voluntad, lo confiezo, a ejercitarme y aprender el arte de Jigoro Kano. Para mi en aquellos momentos fue una especie de tortura japonesa que deseeaba con todas las fuerzas acabara. Nunca me imagine que ese primer paso marcaria mi vida para siempre y que mas de una decada despues seria yo el instructor en una escuela como esa, aunque en un arte diferente.

A pesar de todas las carencias que padeciamos y aun padecen muchos alla el entrenamiento era con amor , dedicacion y mucho corazon. En ocasiones careciamos del local apropiado y debiamos entrenar en la tierra o hasta en el mismo piso de cemento pulido. Nos dolia el alma y los moretones abundaban en nuestra cintura. Nuestros trajes remendados mas de 100 veces que a simple vista parecido salir de un salon de cirugia por la cantidad de costuras y en la mayoria de los casos hechos de tela de saco de arina y tela de sabana,,,bueno al que le sobraba una.

Aun entre ese dolor corporal y poca imagen tradicional  el amor por el Do era y es increible en mi pais, viajando distancias en bicicleta o a veces a pie para recibir 2 horas de clase y sin nada en el estomago. La verdadera escencia del guerrero esta en las dificultades y nosotros si que sabemos superarlas pues es nuestro diario cotidiano.

Ahora despues de otra decada pero en este caso fuera de mi pais  a veces me da gracia como teniendo mas comodidades en otros paises no se tiene la misma fuerza y dedicacion, los que venimos de donde vine YO sabemos apreciar lo que se nos da y recordamos con ternura y nostalgia aquella epoca de golpes, dolor y placer de saber que aun sin nada buscabamos ser los mejores. Donde ni la falta de alimentos ni el tener un local fijo nos limitaba. Ese dojo que en realidad no estaba hecho de ladrillos y cemento sino en nuestros corazones, pues era ese dojo interior ,el de nuestros deseos infinitos, el de nuetro anelo a mejorar, el que nos hacia superar todo y alimentaba nuestra felicidad ,el que vivia en nosotros y aun el dia de hoy esta vigente al menos en el mio y se que el de muchos otros.

Ese dojo nunca olvidado por mi es el de tantos mas que nos entregamos al Do con nuestra alma y corazon al Budo y siempre estara alli tal ves algunos no lo recuerden pero yo si y eso basta para que nunca...pero nunca... le olvide.