sábado, 1 de octubre de 2011

El regalo no merecido

 Varios alumnos esperando...los maestros hablan en privado y ya estan por dar una decision, todos ansiosos con nervios. Al final el esperado momento y se da el veredicto final.

Este seria en caso  de un examen en cualquier dojo serio y dedicado al verdadero arte marcial. Pero lamentablemente en muchos las casos ocurre diferente.

Cuando ya antes de ni siquiera la fecha de examen los certificados estan hechos con nombres y apellidos, con los rangos ya dados, entonces....?? que examinaremos ???? Ya todo esta otorgado de que vale ??...o es solo una pantalla para pretender que hacemos lo correcto ?

No soporto la falsedad es algo que me hierve la sangre, cuando pondremos el interes economico fuera del deber marcial ??. En mi opinion personal de hecho es como trabaja mi dojo y federacion es de la manera tradicional y logicamentde la correcta, jamas regalo un rango este se gana no se da como prevenda de un dinero pagado o por amistad. JAMAS.......!!!!

Si dejamos que el dinero nos corroa perderemos la escencia a lo que dedicamos nuestra vida, faltaremos a la memoria de los maestros que nos legaron sus sistemas y el tiempo que ellos dedicaron al Budo.

Pensemos en eso antes de tomar decisiones a la ligera, luchemos por no corrompernos y mantener la integridad de un guerrero y lo que es mas importante de un Sensei.

Por mas bello que sea la envoltura el interior es lo que importa, nunca olvides eso.



3 comentarios:

  1. Es muy cierto esto yo mismo lo e visto y una ves quisieron hacerme parte de un examen que ya estaba arreglado así que me pare le dije lo que pensaba y me fui.

    Las cosas se gana con esfuerzo constancia y superación no pagando dinero ni por amistad

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  2. Es lamentable, pero constantemente vemos como muchos maestros venden los niveles por unos cuantos dolares o por el contrario los obsequian como falso aliciente para que los "alumnos" se mantengan en sus academias y sigan proporcionándoles el pago mensual por unas clases que muchas veces no sirven para nada, he visto este caso tanto en "academias de budo" dirigidas por "Grandes Maestros de artes tradicionales" como en deportes de competencia o MMA. Dichos profesores no desean que les hacen un gran daño a sus victimas haciendoles creer que las enseñanzas que se les imparten les serviran pàra salvaguardar sus vidas o que en su defecto merecian un certificado que en ocasiones ya estaba preparado para el mismo dia de la evaluación. ¿Quien tiene mas la culpa? ¿Los intentos de instructores que causan el mal? o los "Estudiantes" o individuos que se prestan a esta clase de actos que dejan mucho que desear.

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  3. Muy interesante!
    Recuerdo cuando eran otros tiempos donde las escuelas de artes marciales se aferraban a tradiciones que hasta muchas veces idealizaban.
    Era la década de los años 60. Yo había empezado mis estudios de las artes marciales cuando apenas tenía 14 años, aunque desde antes ya las amaba. Cuando llegó el tiempo del examen yo iba a examinar por el cinturón amarillo de karate-do. Para tales fines el sensei organizó una excursión a la ribera de un riachuelo entre las montañas. Debíamos salir del doyo (dojo) bien temprano en la mañana, quizás las 5:00 a.m., ya que el lugar estaba como a 10 kilómetros de distancia e íbamos a marchar a pie. Ahí empezaba la prueba. Debíamos caminar descalzos desde el doyo (dojo) hasta el destino final y de regreso.
    Cuando alcanzamos el riachuelo, caminamos en él lomas arriba hasta llegar al sitio donde la naturaleza había formado entre las rocas tres tinajas o piscinas donde nos podríamos bañar.
    Eramos cuatro, incluyendo al sensei.
    En aquel lugar pedregoso, desde tempranas horas de la mañana ejercitamos, practicamos kata y waza (técnicas.). Hasta recuerdo ver el vapor de nuestro sudor subir con los primeros rayos del sol.
    Como parte de la prueba final debí hacer kumite (pelea) con los demás. Ellos eran varios años mas viejos que yo y ya ostentaban rangos más adelantados. Peleé más allá del cansancio y cuando creía que ya no podía más, como prueba final tenía que pelear contra el sensei.
    Al final, después de una ardua jornada, había ganado con esfuerzo mi cinturón amarillo (segundo grado preliminar en el sistema tradicional) sin pagar un solo centavo.

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